La Villa de Espinosa, capital del municipio, está incluida entre los mejores conjuntos artísticos de la provincia de Burgos. Paseando por sus calles se respiran aires de otras épocas y se puede revivir su importante historia, percibiendo, en ocasiones, la sensación de que el tiempo se ha detenido.
Ese apelativo de los Monteros proviene del año 1.006, cuando fue la lealtad de un espinosiego la razón por la que el Conde de Castilla, Sancho García, salvó su vida. En muestra de gratitud, el Conde creó el Cuerpo de los Monteros de Cámara, que desde entonces se ha encargado de la protección del soberano durante las noches.
Derivados de la leche, como mantequillas, quesos, sobaos, italianas, mantecadas y toda la repostería de la Villa se han ganado su fama. En comercios de Espinosa también se pueden adquirir pan de horno de leña, morcilla, anchoas saladas, miel de brezo o setas de temporada.
Si os gustan las fiestas tradicionales que aún no han perdido su carácter popular y familiar, debemos asistir a la festividad de Nuestra Señora de Las Nieves que se celebra el 5 de agosto en Las Machorras. A ella acude toda la comunidad pasiega. Pero la Villa también es muy festiva. Entre las numerosas fiestas destacamos el Martes de Carnaval, al que acuden los vecinos de los municipios más cercanos. Gozan de muy buena fama las fiestas de la patrona, Nuestra Señora, que se celebran el 8 de septiembre, y en las que la nota de color está en el desfile de carrozas.
Para los amantes de los deportes al aire libre, el medio natural se presta para la práctica de la pesca, el senderismo, la bici de montaña, y otras posibilidades de cara a los deportes de invierno, practicables en la Estación de Lunada. El polideportivo y las piscinas municipales son una buena oferta para los meses del cálido verano.